
Los canónigos de la Abadía de Westminster se reunían en capítulo en esta sala ochavada, a la sombra fresca de esta gran palmera medieval, para tomar las decisiones más acertadas con la cabeza bien fría.
Fotografiar es poner en la misma línea de mira, la cabeza, el ojo y el corazón. (Henri Cartier-Bresson)
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