Enamorado fiel, amante ideal, Alonso Quijano hace guardia, lanza en mano, desde su atalaya ventanil para salvaguardar su honor y el de su dulce amada. No quiere que nada manche su inmaculado corazón, dispuesto siempre a las mayores privaciones y a los más grandes sacrificios. Buen lugar para otear el horizonte, aunque sea desde tierras extrañas.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Velando armas
Enamorado fiel, amante ideal, Alonso Quijano hace guardia, lanza en mano, desde su atalaya ventanil para salvaguardar su honor y el de su dulce amada. No quiere que nada manche su inmaculado corazón, dispuesto siempre a las mayores privaciones y a los más grandes sacrificios. Buen lugar para otear el horizonte, aunque sea desde tierras extrañas.
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