Las naves se alinean aguardando al timonel avezado que sabe guiarlas por aguas serenas rumbo a un mar insondable. Las quillas de los barcos abrirán la superficie espejeante y borrarán el azul celeste y sus nubes, como siempre, en busca de un líquido elemento menos dulce y más excitante.
Hola de nuevo. Volvemos la mirilla y yo después de una pesadilla con Orange, que me ha tenido sin conexión casi un mes.